Tengo ganas de orinar y voy a la cárcel
Días atrás había imaginado muchas situaciones en las que estaba en peligro, pero la noche anterior todas esas imágenes salieron a flote: en una escena, de las que imaginé, me acorralaban y me asesinaban a cuchillazos; en otra, estaba rodeado de los prisioneros, luchaba contra uno de ellos y al descuidarme por un momento me partían la cabeza con un bate; en otra, imaginé que me sostenían de las extremidades mientras alguien me violaba. Me sugestioné tanto que en la mañana mi cara parecía la de un condenado a muerte.